En Unas últimas palabras, Concita De Gregorio convoca una ceremonia coral donde doce mujeres olvidadas, silenciadas o incomprendidas alzan la voz por última vez.
La historia les dio la espalda. Es hora de devolverles la luz
«Dime el nombre de una artista griega. Solo uno. Lo sé, es difícil. Sus nombres han sido eclipsados»
Enervadas no es solo una novela confesional, es un manifiesto contra la patologización de lo femenino y una reivindicación de las emociones como fuerza vital.