Os presentamos a nuestra nueva autora olvidada. Eva Canel nació en Coaña, Asturias, en 1857. Se casó jovencísima, a la edad de catorce años, y fue con su marido con quien partiría a “hacer las Américas”.
Sus ideas políticas sufrieron fuertes virajes a lo largo de su vida: primero adoptó las ideas republicanas y progresistas de las que hizo gala su marido, para, tras la muerte de este, situarse en el eslabón más conservador. Su vida fue una constante paradoja en la que se jactaba de ser “antifeminista” mientras daba las respuestas más contundentes y audaces a conflictos patriarcales. Nos referimos a que reivindicó la participación de las mujeres en la cultura, no solo con palabras, sino con hechos. Le dio su primer trabajo a Concha Espina, defendió furibundamente a Emilia Pardo Bazán y expresó el dolor que sentía por el tratamiento que se daba a las mujeres emigrantes en Cuba.
Es difícil elegir a las autoras que vamos a publicar. El mundo editorial es un gigante que siempre está en acecho constante de las obras que pueden impactar, ser motivo de crónicas más o menos entusiastas y dar que hablar. Obras que puedan vender, en definitiva.
Nosotras simplemente leímos Oremus. Y supimos que era excepcional. Eva narra, en muy poquito espacio, una multitud de salvajadas que se hacían, y decían, en torno a la vida, los sentimientos, y los cuerpos de las mujeres. Elige para ello un marco sorprendente e instructivo: las guerras carlistas.
En esta novela vais a encontrar celos, muertes, envidias, mentiras, adulterio, batallas fraternales, incesto. La protagonista es como un dócil cordero temeroso de dios, una frágil y pura figura que parece que no va a actuar nunca como en verdad desea. No va a delatar a su madre, no va a oponerse a su matrimonio, no va a quejarse, no va a reaccionar.
¿Cómo puede afectar esta situación a una mujer joven, en pleno apogeo de sus pasiones?
Los personajes y paisajes que rodean la escena son de lo más variopintos. Desde un cura desternillante con sus ideas carlistas y antiamericanas, hasta una “generala” de armas tomar. Un chismosito repelente que se cuela en todos los salones, una soltera criticona, un doctor emigrado de las américas. El bien y el mal parecen estar rematadamente marcados en la mente de nuestra protagonista. El “qué debo hacer” se contrapone de forma brutal al “qué quiero hacer” y es ahí donde surge el conflicto que llevará a la protagonista casi a la locura.
Oremus es una novela que se lee de una sentada, que nos asfixia y nos duele, pero que también nos hace reír con el retrato que dibuja Eva en torno a la sociedad burguesa.
No deja de resultarle curioso a esta editora, que una mujer de la talla de Eva Canel, que fue de las primeras mujeres en viajar, como lo hizo, por toda Latinoamérica, que pronunció discursos, escribió novelas, ensayos, libros de viaje, fundó periódicos y fue coetánea y amiga de autoras como la inevitable Pardo Bazán, Concha Espina, Clarín y José Martí, sea aún una autora casi sin rostro en nuestro país.
Murió sola y en la miseria en Cuba a la edad de 75 años.
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